viernes, 27 de junio de 2014

¿Qué fue de ellas?


Esta mañana he quedado con una amiga, quería ver mi trabajo, fotografías de hace tiempo y las más recientes, quería ver todo. Así que decidí llevarme mi netbook. Fuimos mirando, hay cientos de carpetas, miles de fotografías, unas buenas, otras no tan buenas, pero desde luego no voy a decir que hay malas, digamos que hay algunas que no me gustan. Al principio no quería verlas porque la verdad es que llegué a cogerles manía, aunque poco a poco voy queriendo mirar esas pequeñas obras de arte. Tengo que decir que ha habido gente que sin conocerme de nada o de rebote, quiero decir, amigos de amigos o personas que han salido quién sabe de dónde  han llegado a este blog, han visto mi trabajo, y les ha gustado. Entonces eso también me animó a volver a abrir esas viejas carpetas. Doy las gracias a esas personas que han dedicado un rato de su tiempo  a ver mi blog y me han hecho volver a sentir.
Bueno, el caso es que en esas carpetas hay fotografías que voy encontrando y que algunas de ellas están en mi facebook y sin darme cuenta no las subí aquí, entonces poco a poco espero irlas subiendo.
Ésta es una de ellas. Un día  de primavera llegué a Villamayor, un pueblecito de la provincia de Zaragoza, y al subir unas escaleras me encontré con este balcón mirando al horizonte, se trataba de un rincón de la ermita de Nuestra Señora del Pueyo. Solo tomé mi cámara, apreté el botón y salió ésto. Me apeteció utilizar un monocromático, y  el resultado me convenció.




Ésta es otra de ellas. Recuerdo que la tomé una noche que hacía un frío que pelaba. Era invierno, y como siempre pasa en Zaragoza, soplaba el Cierzo. Con mi trípode me fui al Puente de Hierro y desde allí tomé la imagen, mis manos se quedaron heladas mientras todo mi cuerpo temblaba, pero a pesar de todo, conseguí el resultado que quería, esa tranquilidad que da el río cuando pasa sereno bajo los ojos del Puente de Piedra y al fondo presidiendo la imagen, El Pilar. ¡Cuánto me gusta esta fotografía!






Otra de esas fotografías que han aparecido por mi ordenador y que tomé en la misma noche helada de la anterior fotografía. Yo temblando de frío pero el simple reflejo de la Catedral de La Seo sobre el agua de la fuente que se encuentra frente a ella me animó a  recoger este momento que yo recuerdo con especial encanto. Muchos turistas fotografían su fachada a lo largo de todo el día y no se dan cuenta del juego de luces que aparecen cuando cae la noche y que a mi personalmente me gusta más que cuando la ilumina el sol. Creo que ese efecto lo recoge perfectamente esta imagen.