martes, 16 de junio de 2015

Mi pequeña Abby


Hoy hace 5 mesecitos mi eriza, Abby, mi bebé, mi cosita, ay cuánto la quiero! Hacía mucho tiempo que quería tener una eriza, me pegaba horas y horas viendo imágenes en internet. Por ciertas circunstancias se me ofreció la oportunidad de tener una y no la dejé escapar. Solo decir que Abby es adoptada y nació en Granada. 
Todavía recuerdo cuando llegó, tenía tan solo un mes y once días, me cabía en la palma de mi mano, qué pequeñita era! Los primeros días se los pasó hecha una bolita, quieta, en su rincón, ya que era muy tímida y asustadiza. Pero en cuanto fueron pasando los días y compartía más tiempo con ella, iba moviéndose cada vez más y más, olisqueándolo todo... Ahora ya está gordita, y está para comérsela!
Cuando la vi por primera vez tuve la idea rondando mi cabeza... hacerle un reportaje, desde ese primer día hasta ahora. Y esto me serviría como proyecto de clase.
Bueno, pues aquí está mi pequeña.


Primer día! Así llegó y así se quedó un buen rato...



Ya empezó a comer, poquito, pero ya comía. Ahora es una glotona.



- Uy, qué es esto? Pincha.. como yo!



Cómo le gusta meterse por tubos, huecos... Que nada quede sin inspeccionar!



- Dentro, fuera, dentro, fuera... Uuuh estos me están provocando.



Por delante, pero qué mona es!



Grr, qué culete!



- Que no me dejan en paz! Quiero salir de aquí!



- Se me están cayendo las púas, me voy a quedar calva!



Sobre el cuento "El erizo se va de casa". Pero Abby, tú no te vayas nunca...



-Me voy a esconder, a ver si así no me ven...



-Si ahí hay una igualita que yo! Bah, yo soy más guapa.



Cuando se siente en peligro, Abby se hace bolita y eriza sus púas para defenderse. Y pinchan, os lo aseguro jaja. Pero me gusta acariciarla...



Menuda pelotita! Y aún se hace más. Pero mira que está bonita.



- Os presento a mis amigos! Aunque estos ni respiran...



- No sé si salir... Sé que me están observando...



- Sonic!! Dónde estás?



-Me huelo que aquí va a pasar algo...



Su primer baño. Pobrecita, no le gustó nada. Solo quería salir. Pero ya tocaba, Abby....



- Jo, qué mal lo he pasado... Aquí me quedo que se está agustito.



Sé que los erizos no son un animal de compañía que guste mucho a la gente, más que nada porque se piensan que a lo mejor no se pueden coger o se van a hacer daño con sus púas. Al principio yo iba con miedo, hasta que me fui acostumbrando a cogerla de su tripita y así no pasa nada. Poco a poco nos fuimos haciendo la una a la otra y cada día me tiene más enamorada esta pequeña. Me encantó hacerle el reportaje, aunque hubo días que fue malota, se puso muy nerviosa y poco podía hacer con ella, pero bueno, yo creo que ha quedado chulo. Supongo que algún día le haré más fotografías porque aquí no acaba su historia.