lunes, 22 de diciembre de 2014

Bajo la lluvia


Tenía que presentar un proyecto sobre un tema, el que yo quisiera, tenía muchas modalidades para elegir, así que elegí la fotografía de calle. 
Estuve pensando de qué podría hacerlo mucho tiempo, pero siempre me pasa que cuando necesito que se me ocurra algo, no se me ocurre... y cuando encuentro algo, no me convence. Pero un día comenzó a llover y me pareció buena idea reflejar las calles de Zaragoza bajo la lluvia, o pequeños detalles, porque en Zaragoza cuando llueve la vida no se paraliza, al revés, la gente sale y sigue llenando las calles. Sobre eso iba a ser mi proyecto. Aunque tenía un poco de miedo... y si le caían gotas a mi cámara? Hay que ser precavido con eso... Pero bueno, pensé que teniendo mucho cuidado y protegiéndola con un paraguas, no le pasaría nada.
Esa mañana cogí mi cámara y salí hacia el centro de Zaragoza. La verdad es que Zaragoza es bonita bajo la lluvia, tiene algunas calles chulas. En cuanto bajé del autobús ya tenía mi primera fotografía, una persona a través del cristal de la marquesina. Seguí caminando, y ahí empezó a aparecer más gente, siempre me ha dado mucha vergüenza hacer retratos, más que nada por si le molesta a la gente o no sé, no me atrevo... pero en planos generales la gente no se queja. Gente esperando en la puerta del Fnac, esperando en la parada del bus, en la del tranvía, ese ciclista que se cruzó dos veces por mi cámara, él sí se debió de mojar, y bien, también esa vaca, que para que no se mojara le ponen un paraguas, un poco pequeño, pero me resultó gracioso, ahí estaba la pobre en la puerta de la tienda. 
Luego esos pequeños detalles, unas hojas flotando en un charco, llenas de color, las gotas salpicando en el suelí, esa figura del niño mirando a la torre desaparecida, los manillares de las bicis, las gotas de la rama del árbol... todos esos detalles de un día de lluvia.
Al volver a casa, todavía me quedaba alguna fotografía pendiente. asi que hice unos barquitos de papel, los puse en un charco y los fotografié rápidamente antes de que se mojaran mucho y se hundieran. Me faltaba una, y ahí estaba mi modelo incondicional, cómo no?... mi hermano, el retrato genial, con esa mirada hacia el cielo, a saber en qué estaría pensando...